Nuestros servicios

Desde (re)genera contribuimos la construcción de espacios seguros en los entornos laborales mediante tres líneas de actuación:

Facilitamos Procesos Restaurativos

a través de espacios seguros, confidenciales y voluntarios, donde las personas afectadas pueden expresar sus necesidades y acordar la forma en que quieren ser reparadas.

Donde las victimas expresan sus necesidades.

Donde las personas que han agredido asumen la responsabilidad de sus actos y el daño que han ocasionado.

Donde se puede acordar las acciones para reparar el daño.

Donde la organización vela por la ejecución de los acuerdos.

Donde se trabaja para la reintegración de las personas de forma segura.

Asesoramos a las organizaciones

sobre como incorporar las prácticas restaurativas en los protocolos y en la gestión en los casos de violencia, acoso y otros comportamientos no deseados.

Las denuncias por explotación, acoso, abuso sexual y otros comportamientos no deseados que llegan a los canales oficiales de denuncia de las organizaciones, se pueden gestionar a través de protocolos que incorporen el paradigma de las prácticas restaurativas para poner a la persona afectada en el centro del proceso.

Actualmente, las organizaciones acostumbran a utilizar un enfoque disciplinario, basado en la investigación para determinar si se ha cometido una falta o una violación del código de conducta y determinar posteriormente la aplicación de medidas de tipo punitivo en función de la gravedad del caso. De una manera similar a como se hace en el sistema judicial penal, el proceso se basa en una investigación centrada en las declaraciones de testigos y la búsqueda de pruebas. Estos procesos pueden contribuir a amplificar el conflicto y acabar resultando revictimizadores para la persona que ha sufrido la agresión si no se complementan con un proceso de reparación del daño que esté más centrado en sus necesidades.

Formamos, acompañamos y ofrecemos mentoring a profesionales de la organización

para desarrollar sus habilidades en la gestión de conflictos, la reparación del daño y la reconstrucción de las relaciones cuando se han producido situaciones de abuso y violencia en el seno de sus organizaciones.

Acompañamos a los profesionales de las organizaciones proporcionandoles herramientas y recursos como estrategia de prevención. Esto les permitirá reducir la incidencia y mitigar los efectos negativos de los comportamientos violentos entre las personas que forman parte de la organización.
 

Formamos y sensibilizamos a las personas en diferentes ámbitos: sensibilización sobre violencia y acoso en el trabajo, Comunicación No Violenta, herramientas para la autogestión de las diferencias en los grupos de trabajo, círculos restaurativos como mecanismos de prevención y gestión de casos y acompañamiento y mentoría en liderazgo restaurativo.

Preguntas
frecuentes

En el ámbito de las organizaciones, el poder formal o informal que detentan las personas juega un papel importante en las relaciones laborales y personales. El uso nocivo de este poder puede producir daños que tienen consecuencias físicas y psicológicas para las personas. El desequilibrio de poder hace muy difícil abordar la reparación del daño en un espacio horizontal como el de la mediación. Los procesos restaurativos, en cambio, sitúan a la persona que ha sufrido la agresión en el centro e implican tanto a la persona que ha cometido la agresión o el abuso de poder como a la propia organización.

La viabilidad de un proceso restaurativo depende inicialmente de la voluntariedad de las partes y de la responsabilidad de la organización para asumir un papel activo en la reparación del daño.

El proceso restaurativo se puede ofrecer desde el primer momento que una persona comunica verbalmente o a través de una alerta, que ha sido victima de un comportamiento agresivo por parte de otra persona de la organización, independientemente del cargo o responsabilidad que ocupe.

También se puede ofrecer a una víctima cuando, a partir de la aplicación de los protocolos de gestión de casos de acoso, se determine la responsabilidad de la persona ofensora en relación a conductas de discriminación, acoso psicológico, sexual, per razón de género, y la persona que ha sido víctima de los hechos manifieste la necesidad de ser reparada por parte de la persona que la ha agredido y/o de la organización.

Así pues, teniendo siempre en cuenta la voluntariedad de las personas implicadas, el proceso restaurativo se puede desarrollar como alternativa a un proceso de investigación formal de una alerta por comportamientos no deseables, como un proceso complementario a la investigación formal durante la aplicación del protocolo de acoso o también como elemento central de la intervención una vez se haya determinado la responsabilidad de la persona ofensora a través de los mecanismos de investigación y los protocolos de la organización.

Los procesos restaurativos ponen el foco en la reparación del daño. La finalización de un proceso restaurativo dependerá, en cada caso, de las necesidades de la persona afectada. En algunos supuestos esto pasa por unos acuerdos acerca de un plan de reparación, pero en otros casos, el propio proceso basado en la escucha y el diálogo puede ser en sí mismo reparador.

Cualquier persona de la organización que tenga responsabilidades en la gestión de personas, o tenga un cargo específico en la salvaguarda u otro servicio de prevención de riesgos laborales y se encargue de recoger las notificaciones (o denuncias) por abuso, acoso o discriminación.

La duración depende de la intensidad con la que las personas viven el daño, además de la implicación de las partes, así como de la misma organización. El ritmo del proceso se adapta a los tiempos y necesidades de las personas y por tanto, la duración puede ser de varias semanas o en determinadas ocasiones, de varios meses.

Se realizan en espacios neutrales, vaciados de poder formal y simbólico, donde las personas que están involucradas puedan expresarse y relacionarse de forma más libre y sin la presión de la estructura organizacional. Estos espacios se pueden crear tanto en la organización como en nuestras instalaciones, o por videoconferencia.

El proceso restaurativo se puede adaptar a las necesidades de las personas que decidan participar. Es posible llevar a cabo un proceso restaurativo que contribuya a la reparación del daño aunque no participen todas las personas que estuvieron involucradas, siempre que la organización esté comprometida.

Sí, ya que el mismo protocolo puede incluir el proceso restaurativo como una oportunidad para reparar el daño, restaurar las relaciones entre las personas afectadas y contribuir a la reincorporación segura del ofensor a la organización.